jueves, 31 de mayo de 2012

Presentación del último libro de Lidia Falcón


Martes, 5 de junio de 2012. 19.30 horas
ATENEO DE MADRID
PLATAFORMA FEMINISTA
Sala Nueva Estafeta
C/ del Prado, 21
Presentación del libro
de LIDIA FALCÓN
LA PASIÓN FEMINISTA DE MI VIDA
Presentado por:
MARIAN LARUMBE
profesora de la Universidad de Zaragoza
FANNY RUBIO
profesora de la Universidad Complutense de Madrid
INÉS PARÍS
directora de cine y presidenta de CIMA
y la AUTORA

martes, 29 de mayo de 2012

El fundamento de la filosofía de Carlos París

“La filosofía que profeso y trato de desarrollar parte también del grito, del lamento, de la encrespada protesta ante la injusticia del mundo en el que vivimos. Y si Aristóteles decía que la filosofía nace de la admiración, yo diría que también parte mi filosofar de la admiración, pero no solo de la que produce la contemplación de los altos cielos, sino de la que brota ante el heroísmo de tantos hombres y mujeres que, incansables, dieron su vida luchando por el reino de la libertad y la hermandad universales. Y el pensamiento que se levanta a partir del grito y de la admiración no quiere reducirse a contemplar el mundo (… ) sino que aspira a contribuir a su radical transformación”. (Carlos París, Ética radical)

lunes, 9 de abril de 2012

Lidia Falcón y Carlos París


             Bustarviejo, primavera 2012                                              (by Eduardo Agüero)

miércoles, 4 de abril de 2012

Último libro de Carlos París




En esta obra, que constituye un excelente análisis de la sociedad actual y de los poderes que la dominan, el autor  analiza críticamente la miseria moral, social, política y económica del mundo actual. Resulta imprescindible para comprender en toda profundidad la actual crisis global de nuestra civilización y es premonitoria respecto de las gravísimas consecuencias que de ella se derivan si permitimos que la voluntad de lucro y dominación se impongan sobre las posibilidades de desarrollo de la humanidad en el presente y en el futuro.

jueves, 15 de marzo de 2012

CARLOS PARÍS: prólogo a un libro de E. Agüero Mackern


Prólogo



    No estamos demasiado sobrados de estudios sobre historia de la lógica moderna en nuestro país. Pero, esta vez, estimado lector, no tienes en tus manos  un libro que viene, según manido tópico,  a “llenar un hueco” en nuestra bibliografía, actualizándola “a nivel internacional” como suele decirse con difundido barbarismo, una publicación que  sirve para  “ponernos  al día”, cumpliendo  tareas que pueden resultar  útiles y  necesarias siempre, pero que  especialmente lo fueron en pasados tiempos de aislamiento. El libro de Eduardo Agüero es mucho más:  constituye en el ámbito de la investigación internacional el estudio más completo y de primera mano, trabajado con   documentación inédita, en torno a  la importante obra de Giuseppe Peano Y en su  amplia elaboración se recoge tanto el aspecto más conocido, el lógico matemático, como el lingüístico de dicha obra, mostrándonos, así, el espíritu unitariamente creador que la anima. Enriquecido todo ello por interesantes aportaciones sobre la vida y relaciones de Peano y  enmarcado en un amplio examen de los intentos por fundar una nueva lógica y crear un lenguaje de comunicación universal.

    En la historia de la ciencia, los períodos que podemos llamar “fundacionales” resultan especialmente apasionantes. Más radicales que las “revoluciones científicas” popularizadas por Jun, son jornadas en que se descubre todo un mundo nuevo. Son tiempos,  en que los grandes conceptos y la estructura de un inédito  saber se adivinan primero y van tomando forma progresivamente, después, en la mente de los creadores, de un conjunto convergente de cerebros. Hubo quizá precursores, aislados, lo cual permite a los conservadores afirmar  “nihil novum sub sole”, pero aquello que estaba simplemente entrevisto, que podía parecer una extravagancia incluso, adquiere su sazón. Apremia a investigadores privilegiados, como una posibilidad y un desafío Son situaciones que responden a lo   que he designado como  “principio cairológico”. Recogiendo en él la intuición de Marx: “La humanidad no se plantea en casa momento más que los problemas que puede resolver”.   Aquellos problemas estaban ya en el acerbo del pensamiento o la imaginación humanas . Pero yacían inoperantes, como el sueño de volar en los mitos o los intentos de Leonardo, como la fantasía de una nueva sociedad más justa. Como la intuición imprecisa de una naturaleza sometida a regularidad o en proceso evolutivo Y llega un momento histórico crucial, un “momento”, no en sentido puntual, sino lógico, cronológicamente largo, dilatado, en que se hacen tratables, abordables rigurosamente aquellas ensoñaciones.

    Y ello es así por dos circunstancias . En primer lugar por la maduración que los hace acometibles con eficacia, por la posesión lograda de los  instrumentos  conceptuales o técnicos, materiales, que hacen posible convertir en objeto problemático resoluble racionalmente los  antiguos  ideales , Es aquello que designo, dentro del principio cairológico, como “subprincipio de madurez”. Y a él se añade, en segundo lugar, la percepción de una necesidad apremiante  para afrontar y resolver el problema, ya sea por razones teóricas, de construcción conceptual o o exigencias de la práctica Una necesidad que espolea los esfuerzos.  Aquello que designo como “subprincipio de  urgencia “.

   La creación de la física, de la “nuova scienza”, en la inciación de la modernidad fue uno de aquellos grandes momentos históricos, en una obra en que se aunaron tantos esfuerzos creativos, descollando entre ellos el de Galileo Lo fue también, después, la invención del calculo infinitesimal, en Leibniz y Newton o la comprensión de evolución biológica a través de  la teoría de la selección natural en Darwin y Wallace.  

   Giuseppe Peano vive en el corazón de uno de estas coyunturas históricas en su existencia  situada en 1858  y 1932. La matemática había venido avanzando de un modo trepidante a lo largo de los siglos modernos, Se habían forjado nuevos y potentes algoritmos, había surgido la geometría analítica, el cálculo infinitesimal y diferencial, la estadística, la teoria de grupos,  se podían formular con rigor las leyes de la ciencia, pero llega el momento de la reconstrucción crítica, de la autorreflexión que caracteriza a la inteligencia humana. Hay que sentar con rigor los cimientos de tan amplia arquitectónica. Establecer los conceptos básicos y dar precisión al proceso de construcción. Es el giro que atrae la obre de Boole, de Frege, de Schröder, de De Morgan. También la de Peano y que cristalizará en los Principia Methematica de Russell y Whitehead. El viejo ideal leibniziano de sentar y reconstruir el conocimiento humano se convierte en foco de atención. Y se da, incluso, un momento esta vez en el sentido más puntual, de encuentro de esfuerzos el Congreso de Filosofía de París de 1900, La lectura de las Actas de dicho congreso es un documento que yo recomendaría para quien, interesado en esta temática, quiera disfrutar la emoción de la historia como me ocurrió a mí cuando en mi juventud  leí dichas Actas en en Instituto Luis Vives del CSIC. En  la oportunidad brindada por dicho congreso Russell conoció a Peano en un  encuentro que marcó la  obra del filósofo inglés.

     Pues bien, el libro  de Eduardo Agüero nos introduce apasionantemente en esta etapa. Y con gran amplitud de información,. Yo diría que, en este aspecto, se puede leer por el aficionado a la lógica o a la historia de la ciencia como una atractiva novela. El autor nos pone en contacto con el ambiente en que se movió Peano, con su enseñanza, sus ideas pedagógicas, sus profesores, los coetáneos con quienes mantuvo una amplia correspondencia que Agüero ha manejado sobre documentación inédita, sus continuadores. También los problemas referentes a la recepción de la obra peaniana , que no dejó de ser criticada e incluso menospreciada.

     Efectivamente, no dejó de haber mentes reluctantes a este intento de reconstrucción de la matemática y creación de una nueva lógica apta para fundamentarla. En el terreno filosófico destacan las críticas de Croce, que Agüero expone detalladamente. Y con mayor interés, quizá, las provenientes de un alto matemático como fue Henri Poincaré. No olvidemos que éste había dividido los espíritus matemáticos en “analistas” y “geómetras”. En estos últimos domina la intuición. Y Poincaré pertenecía a este gremio, más entusiasmado con los descubrimientos intuitivos, con la inspiración creativa y libre que con el rigor constructivo de los analiticistas. Y la importante escuela matemática italiana de Enriques y Severi - en la cual se formó el gran matemático y amigo mío Federico Gaeta- poseía el mismo espíritu. No es de extrañar, entonces, que las importantes investigaciones de Peano encontraran resistencia en su propia patria, aun al margen de los mecanismos de envidia que tan frecuentemente mueven el comportamiento humano.     

    El cuerpo central del libro de Agüero, en todo caso, está formado por la exposición y comentario de la obra lógica de Peano con su intento de fundamentar la matemática, así como a su  creación de una lengua de comunicación universal, que consideraba  especialmente útil para el diálogo entre los científicos, el “latino sine flexione”. Tal exposición no sólo es fiel y rigurosa, sino que se encuentra enriquecida por numerosos comentarios y comparaciones con las aportaciones de otros pensadores. Especialmente interesante es la documentada historia que Agüero desarrolla sobre los múltiples intentos de crear nuevas lenguas de comunicación que resultará muy ilustrativa para el lector. Todo ello descrito con gran amenidad y transparencia  Sólo me cabe recomendar la lectura de estas interesantes páginas.

    Pero no querría cerrar esta breve introducción a la obra de Eduardo Agüero sin realizar dos comentarios de carácter personal y humano. El primero de ellos se refiere a la personalidad de la figura de Peano, objeto de este bello libro. A través de él se trasluce la profunda y atractiva humanidad  del pensador italiano, Su esfuerzo de crear una lengua de comunicación, superando las barreras lingüísticas, responde a una noble voluntad internacionalista, al afán de avanzar en una cultura planetaria. Y a ello se añade la preocupación pedagógica, resaltada en muchos momentos del libro. La convicción en Peano de que la matemática es., en sí, en su proceso conceptual, algo perfectamente accesible y si su transmisión fracasa ello se debe a la metodología y a los fallos del profesor. Y aún más impresiona gratamente el sentido social de Peano. Agüero nos refiere cómo Peano, al abordar y plantear una cuestión abstracta, añadía una curiosa pregunta : “¿en qué medida servirá ello para rebajar el precio del pan?”. Porque de este modo tan provocador afirmaba el pensador italiano, que todo nuestro saber debe estar enderezado a mejorar la vida de los seres humanos.

   Y mi segundo comentario se refiere al autor, a Eduardo Agüero. Hace ya largos años, encontrándome yo en la República Argentina con motivo de un Congreso, y siendo él un joven e inquieto filósofo, buscador de nuevos horizontes,  vino a visitarme con un grupo de estudiantes y licenciados recientes, que conocían mi obra y deseaban dialogar conmigo. Después Eduardo hubo de abandonar su Argentina natal por razones políticas, para acogerse a España, Y hemos podido mantener durante décadas  una entrañable amistad e intercambio de ideas. Además, ambos visitamos, como participantes en un encuentro filosófico hispano-italiano en Turín, la ciudad de Cuneo, en que nació Peano y en que Agüero trabajó largamente reuniendo numerosos materiales sobre la obra y la vida de Peano.. Es para mí una gran satisfacción evocar esta historia personal, al prologar ahora el fruto de tan ricos años de trabajo del autor de este libro, Eduardo Agüero.



                                                                      Carlos París 

(Prólogo al libro de Eduardo Agüero Mackern:  G. Peano y la utopía del lenguaje, Madrid, Uned-Ediciones, 2004

lunes, 12 de marzo de 2012

Finalidad del Foro Carlos París


                                  

                                           FORO “CARLOS PARÍS”

        (SOCIEDAD ESPAÑOLA Y LATINOAMERICANA DE FILOSOFÍA)


Los estatutos, en su Artículo 2º, establecen que la Asociación tiene como fines:



a) Estudiar y difundir la obra de CARLOS PARÍS, uno de los más insignes filósofos de la España actual.

b) Promover el estudio, análisis y profundización de su obra.

c) Favorecer la realización de trabajos, investigaciones y tesis doctorales sobre la obra de este ilustre filósofo.

d) Promover e intensificar las relaciones entre estudiosos, intelectuales y filósofos de España y los países de América Latina.

c) Establecer acuerdos y convenios de cooperación e intercambio con otras asociaciones y entidades afines de América Latina y España.

d) Dedicar especial atención a la reflexión sobre problemas cruciales de nuestro entorno europeo y latinoamericano: la paz y el entendimiento entre los pueblos, exilio (político y económico) e inmigración, la no discriminación de las personas, la igualdad entre los sexos, la ecología, las nuevas tecnologías, etc.

e) Crear una revista o publicación periódica que difunda las actividades de la Asociación.

f) Favorecer la publicación y difusión de las obras y trabajos de los socios.

En el art.3-b) dice: se creará un fondo bibliográfico sobre Carlos París y sobre las temáticas mencionadas.



Gestor de la Asociación:

Eduardo Agüero Mackern

(socio fundador y presidente provisional)

e-mail: eaguero@madrid.uned.es